Mi hijo tiene un soplo

«Diez de la mañana de un lunes de Junio, paso a Pablito y a sus padres a consulta. Pablo es un bebé sano de 4 meses, alimentado sólo con pecho y que irradia felicidad. Sus padres son jóvenes, cariñosos y excelentes cuidadores. Me cuentan angustiados que la semana pasada acercaron al pequeño a urgencias porque estaba resfriado y el médico que lo vio les dijo que tenía un «soplo», ¿Juan cómo es posible que no nos hayamos dado cuenta antes?, ¿es grave?, ¿se cura?.»

 

Mi experiencia profesional me dice que la palabra soplo es de las cosas que más puede alarmar a un padre, imagino que al tratarse del corazón se presupone gravedad y la angustia surge irremediablemente. También sospecho que de esto tenemos mucha culpa los pediatras, por no pararnos, a veces, diez minutos a explicar que es eso de un soplo. Pues bien, vamos a arreglarlo, intentaré explicarlo de la manera más sencilla y didáctica posible.

 

Lo primero que debéis tener claro es que un soplo es simplemente un ruido. Tal cuál. Cuando un médico os diga que explorando a vuestro hijo le ha escuchado un soplo, es eso mismo lo que os quiere decir, que le ha escuchado un ruido, un ruido como de soplar, así de simple, no os está diciendo que vuestro hijo tenga una cardiopatía compleja que ponga en riesgo su vida. Las enfermedades más importantes del corazón, gracias a los avances médicos, son diagnosticadas prenatalmente, lo normal es que el ginecólogo lo detecte durante el embarazo y los neonatólogos estén avisados antes del parto.

 

Pero entonces, ¿porqué se escucha ese soplo?. Aquí es donde debemos centrar la explicación, entendiendo el porqué seguro que despejamos muchas dudas y estaréis más tranquilos. Nuestro corazón está compuesto por cuatro «habitaciones», una aurícula derecha que comunica con el ventrículo derecho y una aurícula izquierda que comunica con el ventrículo izquierdo. Entre esas habitaciones existen unas «puertas» llamadas válvulas, y además hay otras «puertas» que van a comunicar los ventrículos con los grandes vasos que llevarán la sangre por todo el cuerpo. Pues bien, cuando ponemos el fonendoscopio en el pecho de vuestro hijo escuchamos como las puertas se cierran de golpe y de dos en dos, se oye entonces: pum-pum, pum-pum, pum-pum. Bien, pues los bebés, al tener poca grasa y hueso en su pecho, nos permiten oír muy bien con el fonendo, y en ocasiones podemos escuchar como suena la sangre al pasar de una habitación a otra, ¿os imagináis cómo se oye?, efectivamente, shhh, shhh, shhh… ¡como un soplo!. A ese ruido lo llamamos soplo funcional o soplo benigno.

Por tanto, ya sabéis que los soplos funcionales no son ninguna enfermedad, por lo tanto no se curan, ¡no hay nada de lo que curarse!, lo único que puede pasar es que con el tiempo dejen de oírse, pues al crecer el niño hueso y grasa aumentan y no somos tan finos con el fonendoscopio.

 

El único «problema» es que en ocasiones, hay pequeños defectos en el diseño del corazón: quedan pequeños orificios abiertos, las «puertas» no se forman del todo bien… Cuando la sangre pasa por esos lugares produce un ruido que también se parece a un soplido, no es exactamente igual al soplo funcional del que hemos hablado antes, pero sólo con el fonendoscopio a veces es complicado distinguirlos. Por ello, cuando el pediatra oiga ese soplo seguramente os pida una Ecografía del corazón, para ver si es un soplo funcional o un pequeño defecto, que en la mayoría de los casos va a resolver sólo y únicamente precisará de revisiones.

 

Espero haya quedado un poco más claro lo que es un «soplo», compartidlo con amigos con niños, pues quien más quien menos conoce a alguien: ¡que de pequeño también tuvo un soplo!.

 

 

P. D.: evidentemente todo lo comentado hace referencia a soplos escuchados como hallazgo casual y en el contexto de niños sanos, si vuestro hijo además del soplo presentase otros síntomas: cansancio, sudoración, color azulado de labios… vuestro pediatra sabrá perfectamente como actuar y las pruebas complementarias se harán tan rápido necesite el niño.

3 comentarios en “Mi hijo tiene un soplo

  1. Cómo dejas aflorar la parte de padre en el segundo párrafo de las medidas de prevención externas, es muy positivo cómo esa faceta influye en la de pediatra.

    Me gusta

Deja un comentario