«Mi hijo es alérgico a la lactosa»

¿Alergia o intolerancia?, ¿proteínas de la leche o lactosa?, ¿qué leche tiene que tomar entonces mi hijo?, ¿qué le puede pasar si toma leche «normal»?, ¿podrá tomar leche «normal» alguna vez?…

En consulta siempre me detengo a explicar bien este tema, aún así, muchas veces, tengo la sensación de que los padres salís con las ideas sólo «medio» claras, y si vosotros no os aclaráis del todo no os quiero ni contar el lío que supone para terceras personas (abuelos, maestros, cuidadores…). Voy a intentar explicar y simplificar la diferencia entre alergia a proteínas de la leche de vaca e intolerancia a la lactosa, dos entidades totalmente distintas que sólo comparten la leche como vínculo común. 

 

De manera muy resumida tenéis que saber que la leche de vaca tiene proteínas por un lado e hidratos de carbono (lactosa) por otro.

 

Algunos niños tienen anticuerpos en su sangre dirigidos contra esas proteínas de la leche de la vaca, por lo que al ingerirla se desencadena una respuesta que puede ir desde «manchas» en la cara alrededor de la boca o vómitos, hasta una verdadera reacción anafiláctica que comprometa su vida. Estos niños suelen diagnosticarse en el primer año de vida ante los primeros contactos con la leche de vaca, y haciendo una analítica podemos detectar esos anticuerpos, su diagnóstico será por tanto ALERGIA A LA PROTEÍNA DE LA LECHE DE VACA (APLV). La confusión con las intolerancias proviene de que en algunos niños no se detectaban esos anticuerpos en sangre, aún pasándoles lo mismo al tomar leche, y se les ponía el diagnóstico (aún todavía se ve) de Intolerantes a la Proteína de la Leche de Vaca (IPLV), como era un término erróneo que llevaba a equívocos ahora se les prefiere poner el diagnóstico de APLV no mediada por anticuerpos. Más fácil ¿verdad?.

Como sabemos que en estos niños el problema reside en la alergia a las proteínas que contiene la leche de vaca, el tratamiento es obvio, hay que retirar de su dieta aquellos alimentos que contengan proteínas de la leche de vaca (PLV). Para ello existen fórmulas especiales, hidrolizadas, que podrán tomar, siempre y cuando no esté con lactancia materna, en cuyo caso habrá que potenciarla pues siempre será la mejor alternativa. Además tendréis que tener mucho cuidado pues otros alimentos pueden contener PLV: yogures, galletas, cereales… no queda otra que estar atento y hacer una dieta libre de PLV.

¿Es para siempre?. No. La mayoría de niños con APLV son capaces de tolerar PLV antes de los 2 años de vida. Vuestro pediatra os informará cuando repetir las pruebas en sangre, y cuando esos anticuerpos hayan desaparecido hacer una prueba de provocación para ver si vuestro hijo puede tomar ya PLV.

 

Por otro lado tenemos la lactosa, como hemos dicho antes, un hidrato de carbono. La lactosa está presente en todas las leches, incluida la materna, y para poder «digerirla» necesita de una enzima llamada: lactasa. Pues bien, algunas personas tienen una menor cantidad de lactasa, por tanto no son capaces de digerir toda la lactosa, esta lactosa restante no digerida va a fermentar en nuestro intestino y va a dar lugar a «gases» y por tanto: dolor abdominal, deposiciones diarreicas y explosivas, flatulencias, distensión de abdomen…

Para diagnosticar a un pequeño de Intolerancia a la Lactosa a veces es suficiente con eliminar la lactosa de la dieta y comprobar que desaparecen los molestos síntomas. También se puede diagnosticar con un test que miden la cantidad de hidrogeno que respiramos tras dar una ingesta abundante de lactosa, vuestro pediatra sabrá cuando estaría indicado solicitarlo.

El «tratamiento» lógico sería restringir la lactosa de la dieta, sí y no. Tenéis que saber que, aunque existe, la ausencia completa de lactasa es muy muy infrecuente, siempre tenemos algo de enzima, y por tanto somos capaces de tolerar cierta cantidad de lactosa: a veces un yogur, un poco de queso… Por tanto tendremos que ajustar la dieta a la capacidad individual para tolerar la lactosa, siendo a veces necesario usar leches SIN lactosa, que nada tienen que ver con las fórmulas hidrolizadas nombradas anteriormente.

 

Si habéis conseguido leer hasta el final me daré pos satisfecho si releéis el titulo y os echáis las manos a la cabeza. ¡Feliz verano a todos!

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